Cuéntame cómo llegamos a contarnos cuentos sobre el futuro

Contar historias es algo que, en cierta medida, todos somos capaces de hacer. Sin embargo, no todos estamos igualmente interesados ni somos igual de buenos contando historias. Todo apunta a que, para llegar a convertirnos en una especie de narradores, hubo que superar algunos obstáculos evolutivos, pero que el resultado nos habría dado una ventaja adaptativa, o así nos gusta contárnoslo.

La ciencia ficción, por otra parte, es un género de ficción especulativa que trata generalmente con conceptos y saltos imaginativos ligados a la ciencia y tecnología futuristas: universos paralelos, vida extraterrestre, viajes a través del tiempo y el espacio. Mucho más que otras formas de narrativa, la ciencia ficción depende de individuos cuyos procesos de pensamiento se inclinan, algunos piensan que de manera obsesiva, hacía el pensamiento futuro.

¿Qué nos ha llevado a convertirnos en una especie que genera ciencia ficción?

Liane Gabora tiene una teoría1 sobre cómo, cuándo y por qué evolucionaron las habilidades que tenemos los humanos para contar historias que miran hacia el futuro y que culminan en la capacidad visionaria de los escritores de ciencia ficción. Hace aproximadamente dos millones de años, se desarrolló la capacidad de encadenar pensamientos de forma recursiva. Las habilidades lingüísticas y la capacidad de cambiar entre diferentes modos de pensamiento evolucionaron hace aproximadamente 100.000 años. La ciencia ficción se remonta al menos hasta el siglo II d.C.

Gabora sugiere que mucho antes de ese momento, pero con posterioridad al desarrollo de las habilidades lingüísticas hace 100.000 años, y en paralelo con la evolución de una división del trabajo entre creadores e imitadores, surgió una división del trabajo entre pensadores centrados en el pasado, el presente y el futuro.

En su investigación utiliza un modelo computacional basado en agentes que sugiere que la evolución de las diferencias en cuanto a creatividad que existen entre las personas tienen beneficios sociales, que existe un equilibrio entre los creadores que generan novedades y los imitadores que aseguran la continuidad.

Liane Gabora es profesora de psicología en la Universidad de British Columbia, en Canadá. Su investigación se centra en la evolución de la cultura, el funcionamiento del proceso creativo y la manera en que favorece la evolución cultural. Su tesis doctoral fue pionera en la introducción de un formalismo cuántico para modelar la naturaleza contextual de las interacciones de conceptos. Y ha sido también pionera la utilización de un modelo computacional para investigar estas cuestiones. Pero además, Gabora está infectada por alguna variante del virus alienimagina, como ya puse de manifiesto cuando, por primera vez, me hice eco de sus publicaciones. Entre otras aficiones creativas, Gabora escribe ciencia ficción.

¿Cómo evolucionó la creatividad humana?

En 1991, Merlin Donald, autor de El Origen de la mente moderna (The Origen of the Modern Mind), sugirió que el desarrollo cerebral del Homo erectus hace 1,7 millones de años hizo posible recuperar y modificar voluntariamente recuerdos con independencia de las señales ambientales, una capacidad a la que se refirió como recuerdos y ensayos auto generados.

Mientras que el Homo habilis anterior se limitaba al «aquí y ahora», el Homo erectus podía encadenar recuerdos, pensamientos y acciones para crear otros más complejos e irlos modificando progresivamente, obteniendo así nuevas perspectivas sobre sucesos pasados o posibles, e incluso imitar o recrear estos recuerdos para otros. La aparición de la evolución cultural creativa, incluida la capacidad de contar historias basadas en gestos y mimos sencillos, fue posible gracias a esta capacidad de encadenamiento y modificación progresiva de pensamientos y acciones.

La escasez de registros arqueológicos anteriores a la era moderna hace muy difícil probar experimentalmente esta hipótesis, y por ello se ha recurrido a la simulación. EVOC (EVOlution of Culture)2 es un modelo computacional que utiliza agentes basados en redes neuronales que inventan nuevas acciones e imitan las acciones realizadas por sus vecinos. Los ensayos realizados avalan la hipótesis de que la capacidad de encadenar ideas podría transformar una sociedad culturalmente estática en otra con una mayor apertura a la novedad.

El valor social de las diferencias individuales en creatividad

Aunque la creatividad se invoca de manera constante como un gran virtud que debemos fomentar, muy a menudo se desalienta en los entornos educativos y laborales reales3, lo que sugiere que puede haber fuerzas correctivas en la dinámica social que atemperan los efectos de la generación de novedades de la creatividad con los efectos de promoción de la continuidad de la imitación y el ritual.

Utilizando el modelo de evolución cultural EVOC, Gabora ha estudiado por medio de diferentes experimentos la idea de que atenuar los efectos generadores de novedad de la creatividad con los efectos de la imitación que conservan la novedad podría ser beneficioso para la sociedad.

Debido a que una proporción alta de individuos se beneficia de la creatividad por medio de la imitación sin ser ellos mismos creativos, la velocidad de evolución cultural puede de hecho aumentar cuando los efectos generadores de novedad de la creatividad se atenúan con los efectos de preservación de la novedad de la imitación. La sociedad puede también beneficiarse recompensando y castigando la creatividad en función del éxito creativo.

Se han estudiado también las condiciones bajo las cuales los beneficios de esta “regulación social” de la creatividad tiene un efecto a largo plazo. Los experimentos proporcionan evidencia de que las diferencias individuales en cuanto a creatividad no solo tienen un beneficio adaptativo puntual sino permanente para la sociedad. Mark Pagel lo formula de manera más contundente cuando afirma que la evolución podría habernos «esculpido» para ser copiones 😉

Más difícil, sin embargo, es precisar cuándo pudo haber surgido la capacidad para una división del trabajo entre creadores e imitadores en las sociedades.

El pensamiento pasado, presente y futuro como esencia del individuo

Todo lo anterior sugiere que podría existir una presión evolutiva para la selección de grupo4 tendente a preservar y quizás amplificar las diferencias individuales en creatividad a lo largo del tiempo. Gabora sugiere de manera simultánea a esta evolución de la división del trabajo entre creadores e imitadores, surgió también una división del trabajo entre pensadores sobre el pasados, el presentes y el futuros. Esta división se habría producido mucho antes de la aparición de las primeras obras conocidas que pueden denominarse ciencia ficción en el siglo II d.C., pero con posterioridad a hace 100.000 años.

  • La mayoría de las personas probablemente son del tipo que se centra y piensa con mayor claridad en el presente.
  • Es probable que arqueólogos, historiadores, escritores de ficción histórica y otros sean del tipo de pensador que se concentra de manera preferente y piensa más claramente en el pasado.
  • Es más probable que los futuristas, inventores y escritores de ciencia ficción pertenezcan al tipo de pensador que se concentra y piensa con más claridad sobre el futuro

Las diferencias individuales en la tendencia a focalizar nuestros pensamientos en el pasado, el presente o el futuro, se habrían magnificado con el tiempo. Esto, a su vez, habría allanado el camino para los escritores de ciencia ficción con su visión de futuro y sus (súper)poderes, a menudo asombrosos, para visualizar los avances tecnológicos antes de que se conviertan en realidad.

Los escritores de ciencia ficción, como los emprendedores o los inventores, son las pasas del plum cake social. Sólo son necesarias unas pocas pasas para que el bollo contenga un punto de excitación. El resto es la gran masa de imitadores que realmente nos aporta las calorías.

____________________

(1) Gabora, Liane. ‘Evolution of the Science Fiction Writer’s Capacity to Imagine the Future’. ArXiv:1802.02930 [q-Bio], 13 March 2019. http://arxiv.org/abs/1802.02930.

(2) Gabora, Liane. ‘EVOC: A Computer Model of the Evolution of Culture’. ArXiv:1310.0522 [Cs], 3 September 2014. http://arxiv.org/abs/1310.0522.

(3) Algunos de mis posts sobre creatividad en Mind the Post abundan sobre este tema, y por alguna razón, son de los más leídos

(4) La seleccion de grupo continúa siendo un tema debatido entre los teóricos de la evolución.

Imagen: Patrick Woodroffe, The Pentateuch of the Cosmogony (1979) (Via Catmota)

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