Jerarquías, holones, holarquías y holocracía

There is no political solution
To our troubled evolution
Have no faith in constitution
There is no bloody revolution

(The Police, Spirits In The Material World)

La anarquía es la ausencia de gobierno o el gobierno de nadie. La anarquía no se opone a la organización, sino a la jerarquía y al poder. En Anarcoutopía me vi obligado a dejar apuntado en una breve nota que el rechazo es a la jerarquía en su sentido restringido de subordinación a una autoridad. En el estudio de los sistemas complejos, implícito en toda mi argumentación, se observa que la jerarquía, en el sentido más amplio de subsistemas coordinados en diferentes niveles, puede ser la arquitectura resultante de la dinámica del sistema objeto de estudio, y en particular de los sistemas de organización social de nuestra especie. Pero la jerarquía no implica necesariamente subordinación, tal como explica Herbert A. Simon en su conocido artículo sobre arquitectura de la complejidad(1).

Simon observa que los sistemas complejos evolucionan a partir de sistemas simples mucho más rápidamente si hay formas intermedias estables que si no las hay. Las estructuras complejas resultantes en este caso serán jerárquicas. Utiliza el ejemplo de dos fabricantes de relojes, Hora y Tempus, que compiten con dos sistemas de producción diferentes para ilustrar la ventaja de la jerarquía y la plausibilidad de la estructura jerárquica como resultado de una evolución competitiva y, en consecuencia, el predominio observado de las jerarquías en los sistemas complejos que observamos en la naturaleza. Simon se refiere a un sistema jerárquico, o jerarquía, como aquel que se compone de subsistemas interrelacionados, siendo cada uno de ellos, a su vez, una estructura jerárquica hasta alcanzar algún nivel más bajo de subsistema elemental.

La palabra «jerarquía» tiene un significado limitado en una organización formal jerárquica, en la que cada sistema consta de un «jefe» y un conjunto de subsistemas subordinados. Cada uno de estos subsistemas tiene a su vez de un «jefe» que depende o reporta al jefe del sistema. Sin embargo, en un sistema, en general, las relaciones entre subsistemas son más complejas que en ese tipo de jerarquía organizativa formal limitada, y en particular sistemas en los que no existe una relación de subordinación entre subsistemas. Simon menciona de manera explícita que, de hecho, incluso en las organizaciones humanas, la jerarquía formal existe sólo sobre el papel. La organización real «de carne y hueso» tiene muchas más relaciones entre las partes distintas de las líneas de autoridad formal. Este tipo de organización formal no es la únicas, ni siquiera las más común de las estructuras sociales. Casi todas las sociedades tienen unidades elementales, las familias, que pueden agruparse en pueblos o tribus, y estas, a su vez, en grupos más grandes.

Portada original del libro de Arthur Koestler (1967) y albúm de The Police (1981) con el mismo (y nada casual) título.

En su obra “The Ghost in the Machine” (El fantasma en la máquina)(2), Arthur Koestler retoma las ideas de Herbert sobre jerarquía y complejidad. La palabra «jerarquía» es de origen eclesiástico y a menudo se usa incorrectamente para referirse en exclusiva al orden de rango: los peldaños de una escalera, por así decirlo. El concepto de orden jerárquico juega un papel central en la obra, nos dice el propio Koestler (y la forma más conveniente de introducirlo es mediante la organización jerárquica del lenguaje).

La primera característica universal de las jerarquías es la relatividad y, de hecho, la ambigüedad de los términos «parte» y «todo». Una «parte», tal como usamos generalmente la palabra, significa algo fragmentario e incompleto, que por sí solo no tendría una existencia legítima. Por otro lado, el «todo» se considera algo completo en sí mismo que no necesita más explicación. Pero «todos» y «partes» en este sentido absoluto no existen en ninguna parte, ni en el ámbito de los organismos vivos ni de las organizaciones sociales. Lo que encontramos son estructuras intermedias en una serie de niveles en orden ascendente de complejidad: subconjuntos que muestran, según se mire, algunas de las características comúnmente atribuidas al todo y algunas de las características comúnmente atribuidas a las partes.

Los miembros de una jerarquía, como el dios romano Jano, tienen todos dos rostros que miran en direcciones opuestas. El rostro vuelto hacia los niveles subordinados es el de un todo autónomo, el rostro vuelto hacia arriba hacia el vértice de la jerarquía, es el de la parte dependiente. Uno es el rostro del amo, el otro el rostro del sirviente. Este «efecto Jano» es una característica fundamental de los subconjuntos en cualquier tipo de jerarquía. No existe, sin embargo, una palabra adecuada en nuestro vocabulario para referirse a estas entidades con rostro de Jano. Hablar de subconjuntos (o subestructuras, subhabilidades, subsistemas) es incómodo y tedioso. Es preferible acuñar un nuevo término para designar a estos nodos en el árbol jerárquico que se comportan «en parte como un todo o totalmente como partes», según la forma en que las miremos. El término que propone Koestler es «holón», del griego holos = entero, con el sufijo que, como en protón o neutrón, sugiere una partícula o parte. Y una jerarquía de holones autorregulados que funcionan (a) como un todo autónomo en supra-ordenación de sus partes, (b) como parte dependiente y subordinada a los controles de niveles superiores, y (c) en coordinación con su entorno local, debería denominarse «holarquía».

El paradigma de dos términos, parte-todo, está profundamente arraigado en nuestros hábitos inconscientes de pensamiento. Habrá una gran diferencia en nuestra perspectiva mental cuando logremos superarla.

La obra de Koestler ha inspirado el término Holocracia con que nos referimos a un método o sistema de gestión descentralizada de una organización, en el que la autoridad y la toma de decisiones se distribuyen de manera horizontal a través de equipos autoorganizados (holones) en lugar de la habitual jerarquía de gestión. La holacracia es uno de diversos sistemas de organización plana que se contemplan en la actualidad, propuesta por Brian Robertson en 2007. Holacracy (Holocracia) es una marca registrada de HolacracyOne LLC. Y el modelo de organización se define en la Constitución de Holocracia(3), publicada bajo licencia Creative Commons.

____________________

(1) Simon, H.A. (1962). The Architecture of Complexity. Proceedings of the American Philosophical Society 106, 467–482.

(2) Koestler, A. (1967). The Ghost in the Machine, Hutchinson (London).

(3) En español aquí

Imagen: Tony Grist, Janus

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