Si el mundo en que vivimos es cada vez más complejo, y todo parece indicar que es así, y nuestra inteligencia individual permanece limitada, nos enfrentamos a un dilema: o incrementamos nuestra inteligencia colectiva o nos enfrentamos al colapso
Aunque no disponemos de una métrica para la complejidad de nuestra sociedad, casi todo el mundo está de acuerdo: más personas, más conocimiento, más tecnología, más productos y servicios, más de casi todo incrementan su complejidad. Un experto en un área cualquiera del conocimiento es hoy incapaz de mantenerse al día de todo lo que se publica en su área de especialidad. La dinámica de crecimiento de la complejidad y el colapso social es un tema de estudio apasionante y complejo 😉
Por otra parte, dejando de lado efectos estadísticos de orden menor, parece razonable suponer que la capacidad intelectual media de las personas no varía de manera significativa con el paso del tiempo. Con toda probabilidad, el Homo Sapiens medio de hace 5.000 años no habría tenido demasiada dificultad en comprender la mayor parte o el total del conocimiento y la tecnología disponible hace 5.000 años. Hace 500 años ya no era posible. Hoy nadie conoce todos los detalles necesarios para fabricar y comercializar el más simple de los productos que utilizamos en nuestro día a día.
En Memorias de un dragón me pregunto: ¿qué podemos hacer para mejorar nuestra inteligencia colectiva? Pero no lo hago en abstracto, me planteo cómo hacerlo en el mundo real, abrumados por presiones competitivas crecientes.
Eric Steel es un experimentado ejecutivo que recibe una oferta para liderar un ambicioso proyecto de la Comisión Europea. Estados Unidos, China y los «Canes» compiten agresivamente por el dominio de tecnologías clave para el desarrollo de la biología sintética y el control de la información. Pero Europa aún tiene una opción para hacer valer un modelo social más justo. Eric sabe que tendrá que hacer frente a dificultades posiblemente insalvables y que no podrá compartirlo con nadie más. Pero es una persona de recursos y sabe que no tiene otra opción. Porque lo que está en juego es mucho más que la competitividad de la economía europea. Es la forma de entender el progreso y el futuro de la humanidad…
El cuento plantea un escenario de futuro posible. Nuevas opciones tecnológicas para debates filosóficos no tan nuevos. Con casi total seguridad, no ocurrirá exactamente así, pero ocurrirá. Ya está ocurriendo… ¿no crees?
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El dibujo de la portada es de Daniela Cadenas Pacinelli