De dónde viene el nombre de Google. No, no es de Googol.

A propósito de nuestra incapacidad para saber realmente quién ha leído qué, quiero desvelar otra obra casi tan famosa como Anna Karenina y, seguramente, mucho más citada entre los connoisseurs de la tecnología, que estoy convencido de que muy pocos de ellos han leído: Guía del autoestopista galáctico de Douglas Adams. ¿Qué por qué lo creo? Continúa leyendo y lo descubrirás.

La Guía de Adams es una auténtica locura. Decir que se trata de ciencia ficción es cómo decir que el señor de los Anillos de Tolkien es novela histórica. Está catalogada como ciencia ficción porque los protagonistas se pasean por el universo como Perico por su casa, pero es pura iconografía. Mucho más parecida a un cómic de Thor en el que los protagonistas estuvieran interpretados por los ínclitos Jack Lemon y Walter Matthau en su mejor momento. Lectura en todo caso muy recomendable por sus constantes momentos de desenfrenada y sarcástica inspiración.

Uno de esos momentos me reveló hace unos años la verdadera razón del nombre de Google. Sí, Google, el famoso buscador creado por Larry Page y Sergey Brin.

Estoy seguro de que todo el mundo conoce ya la razón del nombre de Google. Larry y Sergey querían bautizar a su poderoso buscador con el nombre de Googol (en español, Gúgol), el número 1 seguido de cien ceros, aludiendo de esa manera a la capacidad del buscador de capturar toda la web. Unos dicen que el dominio Googol.com no estaba disponible y otros que se equivocaron al registrarlo. Y de esa manera Google acabó llamándose Google. Ya lo sabías, ¿verdad? Ridículo(1).

En primer lugar, Larry y Sergey no cometerían semejante error tipográfico. Es ridículo pensar que dos de los tipos más listos del planeta puedan equivocarse al registrar el dominio de su empresa. De la misma manera que es ingenuo pensar que, si realmente hubieran querido llamarla Googol no hubieran podido adquirir el dominio. Nada de eso. Larry y Sergei querían llamar a su buscador Google porque les gustaba ese nombre, un nombre que, en realidad como sucede en tantas ocasiones, no habían inventado ellos. Lo encontraron en la obra de Douglas Adams.

La Guía, que comenzó como un programa de radio de BBC 4 en 1978, tuvo tanto éxito que se convirtió en un auténtico fenómeno multimedia. El libro fue publicado como novela un año después y en 1981 llegó a la televisión. Con seguridad, fue una lectura de culto entre los jovencito/as empollones durante los ochenta y los noventa. Por eso estoy convencido de que Larry y Sergey, o al menos uno de los dos, habían leído la Guía del Autoestopista Galáctico. Consciente o inconscientemente el nombre Googleplex (como ahora se llama la sede de la compañía) estaba en su cabeza.

Por alguna razón que no he conseguido llegar a entender, el capítulo en el que aparece el superordenador Googleplex no parece tan publicitado como muchos otros momentos «estelares» de la Guía, como el inicio o, precisamente, la respuesta de Pensamiento Profundo a la pregunta última sobre la vida, el universo y el todo (42). Pero para mí la cuestión está fuera de toda duda (con la venia de Douglas Adams, extracto libremente)(2) :


Hace muchísimos millones de años, una raza de seres pandimensionales hiperinteligentes (…) decidieron sentarse a resolver sus problemas de una vez para siempre.

Con ese fin construyeron un ordenador estupendo que era tan sumamente inteligente, que incluso antes de que se conectaran sus bancos de datos empezó por Pienso, luego existo, y llegó hasta inferir la existencia del pudín de arroz y del impuesto sobre la renta antes de que alguien lograra desconectarlo.

El día de la Gran Conexión, dos programadores sobriamente vestidos llegaron con sus portafolios (…) Se llamaban Lunkwill y Fook.

Un zumbido de lo más tenue indicó que el enorme ordenador había entrado en modo de actividad total. Tras una pausa, les habló con una voz resonante y profunda.

—¿Cuál es esa gran tarea para la cual yo, Pensamiento Profundo, el segundo ordenador más grande del Universo y del Tiempo, he sido creado? —les dijo.
—No, espera un momento, eso no está bien —dijo Lunkwill inquieto—. Hemos proyectado expresamente este ordenador para que sea el primero de todos, y no nos conformaremos con el segundo. Pensamiento Profundo —se dirigió al ordenador—, ¿no eres tal como te proyectamos, el más grande, el más potente ordenador de todos los tiempos?
—Me he descrito como el segundo más grande —entonó Pensamiento Profundo—, y eso es lo que soy.
—Debe haber algún error. ¿No eres tú mejor ordenador que el Milliard Gargantusabio que puede contar todos los átomos de una estrella en un milisegundo?
—¿Milliard Gargantusabio? —dijo Pensamiento Profundo con abierto desdén—. Un simple ábaco; ni lo menciones.
—¿Y acaso no eres —le dijo Fook, inclinándose ansiosamente hacia delante—mejor analista que el Pensador Estrella Googleplex de la Séptima Galaxia de la Luz y del Ingenio, que puede calcular la trayectoria durante cinco semanas de cada partícula de polvo en una tormenta de arena Dangrabad Beta?


Y aquí lo dejo…

Saca tus propias conclusiones.

________________

(1) Por completitud, y porque me gusta reconocer el trabajo de otros, no soy el único que ha llegado a esta conclusión.

(2) El nombre Googleplex no aparece correctamente «traducido» en alguna versión en español que he podido ojear.

Imagen: Respuesta final

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