Héroes, mártires y diferencias de género. Tres experimentos de Ursula K. Le Guin

Uno de los temas más celebrados de la obra de Ursula K. Le Guin (UKL) es su aproximación a la diferencia de género y la identidad sexual. Masculino y femenino, hombre y mujer, adquieren una nueva dimensión en la obra de UKL. Ursula juega con ellos como si fueran las piezas de un puzle que es necesario encajar, o mejor, como si fueran barro que es posible moldear y con el que es posible crear formas que uno no puede ver sólo mirando al barro, sino entendiendo que el barro es un instrumento para imprimir nuestra imaginación.

En The Left Hand of Darkness (La mano izquierda de la oscuridad») UKL imagina un mundo en el que alguna suerte de manipulación genética ha producido humanos hermafroditas o ambi-sexuales, asexuados la mayor parte del tiempo pero, contingentemente, hombre o mujer durante un breve ciclo de gran intensidad (el kémmer) que se repite con la periodicidad de un ciclo lunar de veintiséis días, como el ciclo menstrual femenino de nuestra especie.

Esta imaginaria sexualidad es la hipótesis de partida del experimento mental que UKL realiza en la mano izquierda. En ese mundo, Gueden, por construcción, no puede haber discriminación por razones de sexo, porque no hay un sexo dominante y, por consiguiente, no existe una asimetría entre diferentes miembros de la misma especie.

Supongo que lo más importante, el factor de mayores consecuencias para la vida de cada uno, es nacer hombre o mujer.

Es un mundo en el que no hay guerras y tampoco una urgencia por el progreso. Y todo eso que, como la propia UKL destaca, seguramente nunca habría llegado a producirse por un proceso de evolución natural, configura una sociedad, una cultura «humana» radicalmente diferente a las que conocemos.

¿Hay otra explicación para esta fisiología sexual guedeniana? Accidente, es posible, selección natural difícilmente; la ambisexualidad de estas criaturas tiene un valor escaso o nulo como factor de adaptación.

Buscando cuáles pudieran ser los propósitos de un experimento semejante, si ha sido un experimento (…) Es posible que los experimentadores trataran de averiguar si los seres humanos despojados de una potencialidad sexual continua siguen siendo inteligentes y capaces de crear cultura.(…) Por otra parte, la limitación del impulso sexual y la homogeneidad de estado andrógino, han de prevenir, de modo notable, tanto la explotación como la frustración de este mismo impulso (…) Sí, de este modo se evitan pérdidas de tiempo y mucha insensatez, pero (…) ¿A dónde puede llevar una sociedad de eunucos? Aunque, por supuesto, no son eunucos (…)

Otra hipótesis sobre el objeto del experimento: la eliminación de la guerra.(..) la Edad de la Máquina continúo desarrollándose, gradualmente, sin revolución industrial, sin revolución alguna

Solamente diferente, porque es un mundo que dista mucho de ser ideal, y que en ningún momento UKL intenta «vendernos». Sólo nos lo muestra como un espejo en el que podemos ver reflejada nuestra propia sociedad.

En lo fundamental, Terra y Gueden son mundos muy parecidos, como todos los mundos habitables.

Este ejercicio de especulación sobre el género de UKL es quizás el más conocido y el más citado, pero no es una ocurrencia aislada en su obra. En The Carrier Bag Theory of Fiction(1) (La teoría de la ficción de la bolsa de mano), UKL elabora sobre una idea de Elizabeth Fisher en «Women Creation», la teoría de la bolsa de mano de la evolución humana.

La idea parte de la observación de que la alimentación de los primeros homínidos en las regiones meridionales donde creemos que se produjo su evolución, habría sido fundamentalmente vegetariana: frutos, raíces, etc. Los primeros humanos eran recolectores. Y lógicamente, en ese escenario el primer artefacto —la primera tecnología— tuvo que ser, sin duda, algo para facilitar la recolección de frutos y raíces; o sea, una bolsa para transportarlos.

La caza habría comenzado después, cuando el excedente de la recolección permitió a la especie disponer de la energía y el tiempo para plantearse empresas más ambiciosas y arriesgadas. Posiblemente, quince horas de recolección a la semana bastaban para hacer acopio de alimentos suficientes. Y quince horas a la semana de ocupación dejan mucho tiempo para plantearse otros proyectos, especialmente a los miembros de esa sociedad primitiva que no tenían que ocuparse de cocinar o de cuidar a los niños. Ese proyecto fue la caza de grandes mamíferos.

Pero, y aquí viene la teoría de UKL, lo que la caza aporta no es sólo, ni principalmente, una nueva fuente de nutrientes o un método más eficiente de proveerse de alimentos. La aportación fundamental de la caza es la épica. Porque una historia sobre la recolección de fruta: ahora cojo una baya, ahora una mora, y luego otra y otra, no puede competir con la tensión de seguir el rastro de un animal que huye, de rodearle, de enfrentarse a él, de derribarlo, de poder caer en la batalla, herido por sus cuernos o sus enormes colmillos, o aplastado bajo su peso. Los cazadores volvían, por tanto, no sólo con una provisión de carne, sino fundamentalmente, con una historia que contar. Y esa historia venía con un héroe, victorioso, sangrante, eufórico.

Esta épica de la caza está detrás del paradigmático viaje del héroe (hero’s journey), el monomito de Joseph Campbell, que, según UKL, no sólo domina la narrativa y el género de la ficción sino, de hecho, nuestra cultura y nuestra sociedad(1).

(…) el Héroe ha decretado a través de sus portavoces a los legisladores, primero, que la forma más natural y apropiada para la narración es la de la flecha o lanza, comenzando aquí y yendo directamente hasta allí y ¡THOK! dando en el blanco (que cae muerto); segundo, que el interés central de la narrativa, incluida la novela, es el conflicto; y tercero, que la historia no es buena si él no está en ella.

Pero ¿es ésta una narrativa con la que todos podemos sentirnos identificados? Ursula nos confiesa que ella no. Que si ésta es la narrativa de la especie, ella no se siente parte de la especie. En cambio, sí se siente identificada con otro tipo de narrativa: una consistente en recoger ideas y transportarlas, y hacerlas parte de uno mismo. Y UKL cree que ésta es la esencia de la novela. La novela es un tipo de historia fundamentalmente no heroica.

Yo discrepo con todo esto. E iré tan lejos como para decir que la forma más natural y apropiada para la novela podría ser la de un saco, o una bolsa. Un libro contiene palabras. Las palabras contienen algo, tienen significados. Una novela es un paquete de medicinas que mantiene las cosas en un particular equilibrio de fuerzas entre ellas y con nosotros.

Con esta teoría UKL encuentra una forma de reconciliarse con la narrativa de la especie.

Pero el experimento mental seguramente más inquietante de UKL, es uno en el que explícitamente evita la confrontación de los sexos, aunque yo creo que es una trampa y que UKL lo diseñó como una forma de acusación subliminal. En «The Ones Who Walk Away from Omelas» (Los que se alejan de Omelas) UKL nos enfrenta a la idea del utilitarismo. En la ciudad utópica de Omelas, toda la prosperidad depende de la miseria perpetua de un chivo expiatorio. No sabemos si ese chivo expiatorio es un niño o una niña(2):

Podría ser un niño o una niña. Aparenta unos seis años pero en realidad tiene casi diez. Es retrasado/a mental. Tal vez nació anormal o se ha vuelto imbécil por el miedo, la desnutrición y el abandono. Se hurga la nariz y de vez en cuando se manosea los dedos de los pies o los genitales mientras se sienta encorvado/a en el rincón más alejado del cubo y las bayetas.

UKL nos obliga a mirarnos y a confesarnos a nosotros mismos si aceptaríamos vivir como polizones (free riders) en un mundo feliz, a sabiendas de que alguien está pagando la factura . En otro contexto, en otro momento de la historia, con otro autor —autora—, podríamos pensar que esa libertad para imaginar un niño o una niña, o para suponer que, a veces, podría ser un niño y otras una niña, es porque el sexo es anecdótico en esta historia y no es fundamental para el experimento. Puede que sea así. Pero dado el contexto, el momento histórico y el autor —la autora—, Ursula K. Le Guin, yo creo que mientras nos plantea la pregunta, en realidad nos está mirando a los ojos y nos está diciendo:

Observa bien quien está pagando con su sufrimiento todo esto de lo que disfrutas en lo que quizás ya es «un mundo feliz». Míralo bien y dime lo que realmente ves: ¿Ves un niño o una niña? ¿O necesitas esperar a que te llegue el kémmer para saberlo?

____________________

(1) The Carrier Bag Theory of Fiction, 1986; publicado en la colección de ensayos «Dancing at the Edge of the World: Thoughts on Words, Women, Places».

«The novel is a fundamentally unheroic kind of story. Of course the Hero has frequently taken it over, that being his imperial nature and uncontrollable impulse, to take everything over and run it while making stern decrees and laws to control his uncontrollable impulse to kill it. So the Hero has decreed through his mouthpieces the Lawgivers, first, that the proper shape of the narrative is that of the arrow or spear, starting here and going straight there and THOK! hitting its mark (which drops dead); second, that the central concern of narrative, including the novel, is conflict; and third, that the story isn’t any good if he isn’t in it.

I differ with all of this. I would go so far as to say that the natural, proper, fitting shape of the novel might be that of a sack, a bag. A book holds words. Words hold things. They bear meanings. A novel is a medicine bundle, holding things in a particular, powerful relation to one another and to us.»

(2) The Ones Who Walk Away from Omelas, 1973

«It could be a boy or a girl. It looks about six, but actually is nearly ten. It is feeble-minded. Perhaps it was born defective or perhaps it has become imbecile through fear, malnutrition, and neglect. It picks its nose and occasionally fumbles vaguely with its toes or genitals, as it sits haunched in the corner farthest from the bucket and the two mops.»

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